“El presidente Heureaux y los gobiernos haitianos”, nueva obra de Pastor Vásquez




Está circulando ya la obra “El presidente Heureaux y los gobiernos haitianos”, de la autoría del periodista y diplomático Pastor Vásquez.
La obra, de 387 páginas y publicada por Editora Santuario, es una crónica diplomática, que narra las actuaciones del dictador Ulises Heureaux frente a Haití durante su segundo período de Gobierno, de 1887 a 1899.
En el libro, que es el volumen 3 de la colección “Misiones Dominicanas en Haití”,  el autor descubre las maniobras de Heureaux para dominar situaciones frente a los gobiernos de Lycius Félicité Salomon, Francois Dénys Légitime, Florvil Hyppolite y Tirésias Simon Sam.
Los dos primeros volúmenes de “Misiones Dominicanas en Haití”, 1866-1876 y 1877-1887, fueron ganadores del Premio Nacional de Historia 2014.
El autor describe cómo Heureaux mantuvo personalmente el control de las relaciones con Haití y cómo usó a sus agentes diplomáticos y consulares para formar una red de espionaje con el objetivo de vigilar la presencia de los opositores dominicanos que con frecuencia usaban el territorio haitiano como base para lanzar expediciones guerrilleras.
“El presidente Heureaux y los gobiernos haitianos” trae datos inéditos sobre el papel que jugó el dictador dominicano en la guerra civil que sacudió a Haití entre 1888 y 1889.
En la guerra civil haitiana, entre el Norte, que tenía su sede en Cabo Haitiano, con el general Hippolyte a la cabeza, y el Sur, en Puerto Príncipe, con el presidente Légitime, Heureaux se inclinó por el Norte suministrándole armas y municiones, para lo cual se valió de su entonces amigo Juan Isidro Jimenes, que se había criado en Haití y era tesorero del Gobierno Provisional del Norte.
Con documentos extraídos de los archivos nacionales y extranjeros el autor demuestra la inteligencia y la capacidad de control que tenía el presidente Heureaux de las relaciones dominico-haitianas.
“El presidente Heureaux le dio prioridad a los asuntos de Haití. Defendía los intereses nacionales con inteligencia y tacto. Era extremadamente inteligente y no confundió los asuntos de Estado con la amistad con los presidentes haitianos”, dice Pastor Vásquez.
Heureaux no confiaba en los líderes haitianos, pero mantenía una comunicación fluida con ellos, a tal punto que muchas personas en Haití lo admiraban y lo adoraban.
El presidente Heureaux, conocido como Lilís, pasó su última navidad en Haití, en la localidad de Jacmel, y allí fue recibido con gran solemnidad.
“Mantuvo con Haití una diplomacia de altura, con jefes diplomáticos capacitados, primero el veterano Chery Coén, como Encargado de Negocios, quien estaba desde 1878, siguiendo con el ilustre doctor Alejandro Llenas, como Ministro Plenipotenciario, el licenciado José Ysidro Pou y el periodista Pedro María de Archambault como Encargado de Negocios”, dice el autor.
Heureaux tenía consulados en distintos puntos de Haití: en Cabo Haitiano, Fort-Liberté, Port-de-Paix, Gonaïves, San Marcos, Puerto Príncipe, Jacmel, Los Cayos y Aquín.

Octubre del 2015

MISIONES DOMINICANAS EN HAITI: Una obra de gran base documental

POR RUBEN SILIE VALDEZ El estudio de Pastor VÁSQUEZ permite comprender los fuertes vínculos entre la historia de los dos países que el enfoque tradicional, tanto haitiano como dominicano nunca se interesó en mostrar. Aquí se advierte no solamente la familiaridad entre los pueblos y los líderes de la época, sino que permite entender que muchos hechos políticos dominicanos tuvieron que ver también con la realidad haitiana. O sea, que lejos de lo que podrían pensar muchos, el acto de separación independentista no implicó una desconexión mutua de los procesos políticos y sociales en sentido general. La obra adquiere gran objetividad dado que la postura del autor está libre de todo prejuicio en contra del pueblo haitiano. Se adentra en el estudio de las fuentes y se atiene a los hechos, sin pretender orientar interpretaciones interesadas. A todo lo largo del trabajo se evidencia al periodista, que se esfuerza en desarrollar la crónica de los hechos. No pretende ofrecer conclusiones definitivas. Su interés reside en que el lector tenga una cronología exacta, destacando la posición de los actores que intervinieron en aquellos eventos. Pastor hace gala de una gran erudición que le permite entrar en los pormenores de la historia haitiana con la misma facilidad que habla de la parte dominicana, algo a lo que todos los historiadores dominicanos deberían aspirar. Esto es algo fundamental, pues si bien ninguna de las dos sociedades es determinante sobre la otra, es indudable que ambas se influyen mutuamente. Otro aspecto que destaca la obra es la familiaridad entre haitianos y dominicanos, no solamente a nivel político que es patente, sino humana y socialmente. Esto es muy importante debido a que la ideología de la dictadura de Trujillo, presentaba las relaciones como si hubiésemos sido dos pueblo distantes, desconocidos y hasta indiferentes. En este libro podemos ver como los haitianos y los dominicanos nunca se obviaron. Todo lo contrario se evidencia una cotidianidad vivida intensamente entre ambas sociedades. Invitamos a la lectura de esta obra que no sólo nos permitirá saber quiénes fueron las personalidades que ocuparon los puestos de las distintas misiones diplomáticas, sino cuales eran las motivaciones de parte del gobierno dominicano para firmar acuerdos y tratados; además sobre la pertinencia de enviar a unos u otros funcionarios, en función de la circunstancia política del momento. Sin lugar a dudas que la base documental de esta obra la convierte en una fuente obligada de consulta, tanto para entender las historias de los pueblos como para tocar el asunto particular de las representaciones diplomáticas.

Ministro Consejero Pastor Vásquez pondrá a circular obra Misiones Diplomáticas en Haití (1866-1887)

El ministro consejero en Haití, periodista Pastor Vásquez Frías, pondrá a circular su más reciente obra “Misiones Dominicanas en Haití”, auspiciado por la Universidad del Caribe. La obra en dos tomos (1866-1876 y 1877-1887), con prologo del doctor Rubén Silié Valdez, es parte de una colección en la que el autor pretende describir los diversos procesos históricos de las relaciones dominico-haitianas, tomando como punto central las misiones extraordinarias y permanentes enviadas a Puerto Príncipe a través de la historia. En la obra, Pastor Vásquez, apoyándose en los archivos nacionales y extranjeros, presenta el movimiento diplomático entre República Dominicana y Haití, con informe de ministros, cónsules, vice-cónsules y agentes confidenciales de la época. El primer tomo de la obra trata sobre el inicio de las misiones diplomáticas y consulares en Haití, con sus antecedentes en las misiones revolucionarias para luchar en contra de la anexión de la República a España. En ese recorrido histórico el investigador presenta cuáles fueron las primeras misiones oficiales dominicanas en Haití, cuándo inició la relaciones diplomáticas y consulares hasta llegar a su punto cumbre, con la firma del Tratado de Paz, Amistad, Comercio y Navegación, firmado en 1874 entre los presidentes Ignacio María González, y Michel Domingue, de Haití. El segundo tomo (1877-1887) trata sobre la actuación de los gobiernos del Partido Azul frente a Haití y la influencia del general Gregorio Luperón en su trato con los líderes haitianos. Esta obra, que será puesta a circular este jueves a las seis de la tarde en los auditorios de UNICARIBE, tendrá una tercera parte denominada “El Presidente Heureaux y los Gobiernos haitianos”, que ya está lista para su impresión. Abarcará el período 1887-1899. Un cuarto tomo de la colección Misiones Dominicanas en Haití, está en fase de terminación y se denominará La Isla Montonera, abarcando el periodo 1900-1916. Santo Domingo, 3 de noviembre del 2014

Libro Exodo: La prensa norteamericana aprovechó la crisis dominico-haitiana de 1963, para hacer creer que existía peligro bélico ligado al comunismo en la isla

En 1963, siendo el profesor Juan Bosch Presidente, estalló una crisis diplomática cuando milicianos del régimen de François Duvalier invadieron las oficinas de la embajada dominicana en Haití mientras buscaban al teniente François Benoit, a quien acusaban de haber intentado el secuestro de los hijos del Presidente mientras acudían al colegio Bird. La revelación está hecha en el libro Exodo, de Pastor Vásquez, quien narra que una vez estallada la crisis diplomática los periódicos norteamericanos trataron de confundir a la opinión pública haciendo creer que había el peligro de un enfrentamiento armado de tinte comunista. Un capítulo del libro Exodo, llamado “La crisis dominico-haitiana de 1963 (El affaire Benoit) Pastor Vásquez narra lo siguiente: El jueves 26 de abril de 1963, un terrible acontecimiento sacudió el régimen del viejo François Duvalier. Un comando armado intentó secuestrar a los hijos del Presidente, Jean Claude, de 12 años, y Simone, de 14, cuando llegaban al colegio Bird, en la Rue de L´Enterrement, cerca de la Penitenciería Nacional de Puerto Príncipe. En el acto fallido fue asesinado el sargento Paulin Mon¬trouis, chofer de los hijos de Duvalier, el caporal Morille Mir¬ville, el sargento Luc Azor, y un miembro del Voluntariado de la Seguridad Nacional (Tontons-Macoutes), Richemond Poteau. Tal acción desata la más terrible cólera del dictador haitiano que ordena pasar por las armas a todos los enemigos de su régi¬men sospechosos de haber participado en tan tremenda aventura. En uno de esos instantes dantescos que pasan por la mente de un dictador, Duvalier pensó que el único que podría haber tirado tan certeramente para ejecutar a los guardias de segu¬ridad de sus hijos era el teniente Francois Benoit, quien había retornado de un curso de tiro que hizo en Panamá y había sido expulsado de las Fuerzas Armadas. De inmediato los Tonton-Macoutes, dirigidos por Justin Bertrand, se dirigen a la casa de Benoit, ubicada en el exclusivo residencial de Bois-Verná. Sin embargo, el teniente Benoit se había refugiado en la sede de la Embajada de la República Dominicana, ubicada en la aveni¬da Panamericana 121, de Petion-Ville, cerca del hotel El Rancho, tres días antes del atentado contra los duvaliers. Ellos pensaron que pudo haber salido de la Embajada para cometer el hecho. Al no encontrar a Benoit, los milicianos duvalieristas asesi¬naron a su padre, Joseph Benoit, un anciano juez, a su madre, a un visitante y a las tres empleadas domésticas. Los tenebrosos personajes se llevaron al hijo de Fancois Be¬noit, Gerald, de 18 meses de nacido. Jamás se supo de él. La esposa de Bonoit, Jacqueline Edeline Benoit, profesora en el colegio Galop huye y se refugia en la Embajada de Ecua¬dor, donde dio a luz su segundo hijo. Jean Marie-Benoit, hermano de Francois, se refugia en la Embajada de Venezuela, y su otro hermano, Claude Michel, lo¬gra llegar a la Embajada de Argentina. En ese abril sangriento, el terror llegó hasta las oficinas de la Embajada de la República Dominicana, que en esa época no estaban ubicadas, como ahora en la misma sede de la residencia del Embajador, en la avenida Panamericana, sino en el Distrito de Delma, a la altura de Delmas 95. La milicia allanó la oficina y aterrorizaron a la secretaria Katia Mena. Al no encontrar allí a Benoit se dirigieron a la sede de la misión, donde había alrede¬dor de 12 refugiados. La valentía del Ministro Consejero, Encargado de Negocios a.i, Frank Bobadilla Regingo, evitó lo peor, pero los Tonton- Macoutes se instalaron amenazantes en los amplios jardines y subieron a los árboles cercanos. El 29 de abril el periódico El Caribe traía el siguiente titular de portada: BOSCH EMPLAZA RÉGIMEN DUVALIER Gobierno Protesta violación a Embajada Dominicana Demanda Desalojar Sede En un plazo de 24 Horas Narra Pastor Vásquez en su libro “Exodo: Un Siglo de Migración haitiana hacia la República Dominicana” que la prensa norteamericana vio el asunto distinto y lo usó para desacreditar al profesor Juan Bosch y hacer creer que había peligro de una desestabilización cerca de Cuba. Los titulares de los periódicos norteamericanos eran bien sensacionalistas, alimentados muchos de ellos por los despachos de agencias de prensa como la UPI, dice Pastor Vásquez. SANTO DOMINGO, REPUBLICA DOMINICANA.- UPI:-El Presidente Juan Bosch amenaza con invadir Haití si se vuelve a cometer otra nueva agresión contra la República Dominicana. Demandó una acción colectiva intermaricana contra el Presidente François Duvalier. Bosch llamó anoche a Duvalier “un enfermo mental”, mientras citaba una presión del presidente haitiano quien habría dicho que sólo Dios podrá tumbarlo Así decía un despacho de la UPI, mientras el periódico The Herald Statesman , de Nueva York, traía lo siguiente: SE HA DADO UN ULTIMATUM AMENAZA DE CHOQUE ARMADO ENTRE HAITI Y DOMINICANA MUY CERCA DE CUBA SANTO DOMINGO, REPUBLICA DOMINICANA.- La amenaza de un enfrentamiento armado entre los dos países de la isla la Hispaniola, en el Caribe, ha surgido hoy. La República Dominicana acusó a Haití de invadirle su embajada y Haití rompió las relaciones diplomáticas. El Presidente dominicano Juan Bosch dio 24 horas al Presidente haitiano François Duvalier para que retire las tropas que rodean la embajada en Puerto Príncipe. En La embajada están refugiados 22 enemigos de Duvalier. “Si el ultraje contra la República Dominicana en Haití no termina en 24 hora, nosotros le pondremos fin con todo nuestro poder”, dijo Bosch. El secretario de las Fuerzas Armadas, Mayor General Elvis Viña Román, anunció que las tropas han sido acuar¬teladas, pero que no hay movimiento militar hacia la fron¬tera. La Organización de Estados Americanos anunció el en¬vió de una comisión de cinco nacional para investigar en los dos países la crisis que se está dando cerca de Cuba…… El libro cuenta con 463 páginas, en las que narra los principales episodios por lo que ha atravesado la migración haitiana y las relaciones entre los dos países que comparten la isla de Santo Domingo. En el libro Exodo se cuenta el origen de la migración haitiana, que dice Vásquez comenzó en 1915 con la intervención norteamericana en Haití y se prolongó durante todo el régimen de Trujillo. Cuenta Pastor Vásquez que el dictador Trujillo fue uno de los principales empleadores de haitianos para trabajar en la Industria Azucarera, que a partir de los años 40s fueron de su propiedad. Dijo que para 1935, cuando Trujillo tenía sólo cinco años en el poder ya había permitido 60 mil haitianos en la República Dominicana, para que trabajasen en los ingenios azucareros entonces propiedad de los norteamericanos de quienes Trujillo había sido empleado. Calificó como un mito la idea que han introducido muchos intelectuales dominicanos de que Trujillo paró o controló la migración haitiana, sino que fue todo lo contrario.

SUICIDIO: DILEMA TEOLOGICO-MORAL E INTERROGANTE PSICO-SOCIAL

POR TELESFORO ISSAC Durante los últimos meses se viene difundiendo numerosa información y noticias de intentos o hechos de suicidios en muchos pueblos del mundo y particularmente en el país. Es preocupante lo que está sucediendo a todos los niveles de la sociedad, y se debe estudiar el porqué de esta ola de funestos hechos. Estas investigaciones deben ser llevadas a cabo por dirigentes religiosos, miembros de los medios de comunicación, y primordialmente por profesionales de las ciencias sociales y médicas. Se debe buscar formas para alertar, prevenir y ofrecer asistencia en casos de sospecha o intentos de auto destrucción. El suicidio es uno de los males que más conmueve los seres humanos de la Civilización Occidental, ya que es un acto considerado bochornoso que avergüenza a los familiares, muestra deficiencia en la fe y práctica religiosa, da evidencia de inestabilidad emocional, ausencia de espiritualidad, y lastima a la comunidad en general. Para el abate, Francisco Desfontaines, 1795, “el suicidio es el acto por que un individuo, deliberadamente, se provoca la muerte”. Por un lado, la religión cristiana ha mantenido el concepto de que es violación a los principios fundamentales de la persona por atentar contra su propia vida mortal, y por tanto, es pecado, y se pierde la posibilidad de salvación. Es un dilema que amerita ponderación, esclarecimiento y definición, basados en los principios teológicos morales. Por otro lado, las leyes de algunas naciones estipulan que el acto de suicidarse es delito, y tiene sanción penal. En muchos casos, la persona que atentaba con su vida, pero no logro su cometido, era enjuiciada y condenada por la ley. En tiempos pasados, y aun hoy, el hecho de atentar o quitarse su propia vida, se consideraba una fatalidad de clase inmoral e ilegal. Los avances de los estudios del comportamiento de los seres humanos, las ciencias sociales, y en particular, la siquiatría/sicología, comenzaron a afirmar que el suicidio era debido a trastornos mentales, tales como síntomas mixtos de: locura transitoria, alteración emocional, extrema ansiedad, depresión, impulsos causados por vergüenza, venganza, desengaño, pérdida de la fe, desgaste de la esperanza, estado de sentirse rechazado, o de no ser amado o saber amar. Es de notar, que un número considerable de los que se privan de su propia vida, son descendiente de parientes de tendencia suicida. Para los religiosos de la fe cristiana, la persona que cometía suicidio perdía toda posibilidad de ser parte de la comunión de fieles, y se le negaba el ritual del entierro eclesiástico; y de no morir, la persona se excomulgaba, por el hecho mismo. El muerto por suicidio, era enterrado en un lugar aparte en el cementerio, y de forma diferente a la tradicional. Entre muchos cristianos, aún perdura la consideración de las causas que inciden al suicidio, como diabólicas, inmorales y atentatorias a la voluntad de Dios; más sin embargo, se está poniendo atención a las causas que infligen en el suicidio, y es notable algunos cambios en la mentalidad de los observadores y estudiosos de esta vergonzosa cuestión. Es recomendable fomentar y establecer especialistas en centros de asistencia psico-sociales, con líneas telefónicas y otros medios de inter-comunicación, a fin de ofrecer asistencia para orientar, prevenir y desactivar intenciones de suicidios. Telésforo Isaac Obispo Emérito Iglesia Episcopal/Anglicana

PASTOR VASQUEZ PONDRA EN CIRCULACION LIBRO TIERRA ALTA

El periodista Pastor Vásquez pondrá en circulación este sábado su segundo libro Tierra Alta, con “La Yunta de Corpus Christi” y otros relatos, a las 4 de la tarde, en el parque central del Distrito Municipal de La Victoria. El libro, que cuenta de 250 páginas, contiene relatos relativos a la vida campesina de La Victoria, Monte Plata, Yamasá y Bayaguana. En Tierra Alta se plasma el alma rural del pueblo dominicano y se narran episodios ocurridos durante el apogeo de la Industria Azucarera. También los relatos contienen las historias que contaban los abuelos sobre las guerras civiles que flagelaron el país en la llamada era de la montonera, período comprendido entre la muerte violenta del Presidente Ulises Heureaux hasta la intervención norteamericana de 1915. Los beneficios del libro serán donados a las instituciones que trabajan a favor de los enfermos y los ancianos en la comunidad de La Victoria, sus secciones y parajes. La profesora Carlita Herrera, coordinadora de la actividad, dijo que al acto están invitados los victoriosos ausentes, las autoridades municipales y estudiantes de La Victoria y sus comunidades rurales. Manifestó que el libro está dirigido principalmente a los estudiantes del Distrito Municipal, con el objetivo de estimular su amor a la lectura. Distrito Municipal de La Victoria, 23 de agosto del 2013

PROF. HIGINIO BAEZ: Guanibey en la perspectiva de un lector amigo

A Pastor Vásquez lo conocí a principio de la década de los ochenta cuando era estudiante del Liceo Publico de la Victoria, que yo dirigía .Aquel joven imperceptible, delgadísimo, parecía un esqueleto sonriente. Apacible, tranquilo. Era un muchacho bueno. Después de leer más de una vez su bella obra, Guanibey, me conforma saber que esa alma indulgente no ha sido corroída por la presunción, la vanidad, la maldad o la arrogancia. Sigue siendo, a pesar de su ascenso, un “muchacho” bondadoso, sano, sensible y virtuoso. Hoy vengo a saber que era de La Ceiba. Como lo era también una de las mujeres más tiernas y nobles de aquellas comarcas: la maestra Pastora Margarita Mercedes Mambrú. Como se ve, me estoy aprovechando de esta oportunidad para un breve homenaje póstumo y sé que esta mención no le desagrada al autor. Hace mucho tiempo que sigo a Pastor, pues algunos de estos relatos fueron publicados en la prensa Escrita. En el periódico Hoy. Desde aquellas lecturas quedé impresionado. ¡ Que dulce hallazgo¡. Cuanta alegría siente un maestro cuando ve a sus estudiantes ascendiendo por promisorias cumbres. Yo no sé escribir bien pero, al menos, he aprendido a leer. Precisamente, me permito aclarar que es desde mi condición de lector que puedo comentar la obra Guanibey, puesto que no soy literato de oficio y mucho menos crítico literario. Estas historias habitan en el ámbito mágico religioso de la conciencia ingenua: la vida de los bateyes, los residuos de la montonera, el rigor de la dictadura, las fantasías de los cuenteros y tres excelentes relatos sobre personajes emblemáticos de la historia de Haití. Danzan en sincronía multicolor estos trazos de memoria entrelazados por el sufrimiento, el dolor, la alegría, el humor, la tristeza, el trabajo, la valentía, la convulsionada vida y la inexorable muerte, todo puesto a merced de la palabra como una ofrenda exigida por el imperativo de la belleza. El autor ha logrado liberar estas historias orales de las redes con las quelas aprisionaba el olvido y ha vivificado y hecho trascendente, a su manera, hecho y nombre que se acumularan en el acervo de quien entre en el festín de su deleite. Estos relatos tienen las fibras, el sabor, los recursos de la buena literatura. Literatura popular cargada de imágenes cautivadoras donde sobresalen la hipérbole y la parábola. Pastor Vásquez tiene un gran sentido de sugestión y de anticipación. En muchas de estas historias y leyendas el primer párrafo nos aprisiona de tal manera que el único remedio es leerla sin despegarnos, hasta el final, de ella. Así sucede por ejemplo en: el último gesto del general Salnave que inicia así : Cuando se lo llevaban al patíbulo, el general Sylvain Salnave se quito el sombrero y saludó con reverencia a los jefes revolucionarios que observaban, con pena, desde el balcón del Palacio de Gobierno. En ese primer párrafo están escondidas las cadenas implícitas que nos aprisionaran hasta llegar al punto final. A veces nos sorprende con un lance de picardía como en el relato Cabo e vela: A los bueyes les ponían nombres raros. Yo conocí en mi niñez a un carretero que a un buey le llamaba Cebacuero, a otro Cubero y a otro !Ay no! O en camino de Manatí, cuando Erik Weber rogó que le llamaran solo Erik, pues la gente había convertido aquel apellido en una palabra morbosa que convidaba a la risa. En el relato: No me montares más en ese caballo “, el autor no concluye nada y lo concluye todo. El asunto está en adivinar por qué se desviaba ese caballo. Cosa que si el autor no quiso decir, mucho menos voy a decir yo. Se equivoca quien piense que el autor de esta bellísima leyendas ha vaciado en un libro lo que oyó de los mayores. Pastor es un fabulador, un gran orfebre de la palabra, un depurado narrador. Sus mejores relatos son, precisamente aquellos que no están vinculados a vivencias, sino que forman partes de la historia de Haití: La muerte de Carlomangno Peralta, la muerte de Saint- Amour, y el último gesto del general Salnave. Son tres relatos conmovedores, estéticamente depurados, donde se armonizan ficción y realidad para ofrecernos, en una prosa sonora y veloz una creación extraordinaria. Se diría que su universo principal, donde concurren la mayoría de las tramas está limitado por el pequeño entorno rural de donde procede y por la recurrencia del Ingenio y de su mundo subsidiario, pero no ha de olvidarse aquella sentencia de Charles Baudelaire a propósito de la novela Madan Bovary de Gustave Flaubert: “.Todos los temas son indiferentes buenos o malos según la manera en que sean tratados y los más vulgares pueden convertirse en los mejores. Yo creo que Pastor Vásquez conoce el juicio de William Somerset Maugam cuando dijo:”. No se debe escribir como se habla, tampoco se puede hablar como se escribe; Pero la lengua escrita solo tiene vida y vitalidad en la medida que se base con firmeza en el lenguaje corriente. Haciendo acopio de ese lenguaje, y enriqueciéndolo con la ficción, el autor de Guanibey nos presenta un texto sugerente tamizado en una “ facilidad estilística” que convida a leer y continuar hasta agotar el libro. Se pueden decir tantas cosas sobre estos tejidos de realidad y de invenciones. Me limito a recomendarlos como incitación a una lectura fascinante que toca el fondo de nuestras raíces insulares donde la riqueza cultural se nutre cada día del aporte de la diversidad. Cuando José Saramago tenía 25 años escribió su primera novela: Tierra de pecado. Pese a las críticas estimulantes que recibió el laureado escrito permaneció veinte años sin volver a escribir. Y su fama empezó cuando a los 60 años de edad público: Memorial del Convento. Sabemos que el autor de Guanibey tiene muchas cosas que contar y que escribir, y eso esperamos de esta nueva promesa de nuestras letras. Me he sentido tentado a escribir una canción, aún no depurada, empinándome sobre las que sostienes estas hermosas leyendas, algunos de cuyos versos hoy adelanto. Huele a zafra y a bueyes por los caminos de central / pita del tren del recuerdo sobre rieles de olvido/en el sueño extendido verde y acre del cañaveral/Las manos laceradas del brasero / señalan cien caminos / por donde fue a ocultase su pasado / oro amargo del dulce en la molienda / triturando la fuerza de trabajo / El batey es un trapo ya roído flameando en la memoria / Y en las noches callada del boyero /sus foetes aun repican entre brumas / desde las altas campanas del misterio /Huele a muerte y a ruina y a nostalgia /en la vejez del río, bajo las nubes / en los secretos del sendero. Todos los lauros para Pastor Vásquez y buen augurio a su obra. Gracias por el ingenio de su creación que tanto me ha cautivado. Y gracias a Virtudes por brindarme tan honrosa encomienda. Higinio Báez Santo Domingo 21 de Marzo 2013