PASTOR VÁSQUEZ
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Cuando en 1455, Francesco Sforza, soberano del viejo Estado de Milano, decidió establecer Embajadas en otros Estados para promover su ducado en el Exterior y lograr acuerdos de convivencia y cooperación mutua con sus vecinos, jamás imaginaría la importancia que habría de adquirir la diplomacia cinco centurias después.
Los reyes españoles Fernando II de Aragón e Isabel de Castillo estaban también muy lejos de imaginar lo que pasaría en los días presente de este mundo con las relaciones entre los Estados cuando hacia 1487 establecieron su primera representación diplomática permanente en Inglaterra.
Ninguna sociedad puede considerarse autárquica ni pretender, bajo el velo místico de la soberanía y de un nacionalismo desenfrenado, desconocer el necesario respeto por de las normas internacionales de convivencia ni vivir veleidosamente a espaldas de los cambios que se dan en el Orbe.
Esta República, en tiempos no muy lejanos, estaba aislada en un verdor de indiferencia frente a un rosario de naciones que, gracias a una agresiva y dinámica diplomacia, se encontraban en el alba de las mejores relaciones de cooperación y de intercambios económicos, sociales y culturales.
Desde que arribó al Poder en 1996, doctor Leonel Fernández Reyna rompió con el mito, con ese embrujo, que mantenía al país un atraso primitivo con respecto a las relaciones internacionales.
La designación del ingeniero Carlos Morales Troncoso el 16 de agosto como Secretario de Estado de Relaciones Exteriores marcó el génesis de una nueva Era en la diplomacia moderna.
Los cambios que se comenzaban a experimentar en el nuevo milenio ameritaban de una diplomacia moderna, de una respuesta de Estado a los grandes requerimientos internacionales, no sólo en materia económica, sino jurídica y política.
En estos cuatro años de exitosa gestión el Canciller logró la modernización de la estructura administrativa de la Secretaría de Relaciones Exteriores, comenzando por la readecuación de la planta física y la instalación de un moderno sistema de comunicación que permite un mayor flujo de información y enlace con las misiones diplomáticas en el exterior.
La presencia de la diplomacia dominicana en los grandes foros internacionales ha permitido colocar a la nación en un sitial de importancia frente a las demás naciones.
Gracias a esa gestión dinámica, ya contamos con representación dominicana en todas las regiones del mundo.
Entre esos países con lo que hemos entablado relaciones diplomáticas podemos citar a Qatar, Sudáfrica, Chipre, La India, Egipto y Rusia.
El Canciller Morales Troncoso ha demostrado que es un trabajador incansable. Ha estado presente en todos los escenarios donde ha sido necesario ir a defender los intereses nacionales.
Hoy los frutos están ahí. República Dominicana está presente en todos los tratados internacionales de comercio, turismo, de derechos humanos, de prevención del tráfico de drogas, en los acuerdos de seguridad jurídica, de cooperación alimentaria y de defensa del medio ambiente.