El primer intento de un convenio entre la República Dominicana y Haití fue iniciado el 26 de julio de 1867. El Presidente José maría Cabral había designado una comisión, integrada por Tomás Bobadilla, Pedro A. Pina y Don Juan Ramón Fiallo.
Las negociaciones para el Tratado de Paz, Amistad y Comercio fueron interrumpidas debido a la caída del Presidente Fabré Nicolas Geffrard, pero luego se reanudaron cuando el Presidente Sylvain Salnave, designó a la contraparte haitiana, integrada por Ultimo Lafontant, Linstand Pradine, Michel Joachim Saint Aude, Charles Lecompte, D. Doucet y D. Pouil.
“Dicha comisión se trasladó a Santo Domingo, portadora de un significativo mensaje al Presidente Cabral, cuyos términos francos y abiertos merecieron la debida atención de éste, nombrando de inmediato a los señores Tomas Bobadilla, Manuel María Valverde, Juan Ramón Fiallo, Pedro A. Bobea, Carlos Novel y Juan Bautista Zafra”, dice William Páez Piantini en su obra “Relaciones dominico-haitianas: 300 años de Historia” (Editora Mediabyte, 2004).
En este tratado, tal y como lo explica Alberto Despradel en su libro “Relaciones Dominico-Haitianas”, no se trataron las cuestiones fronterizas, sino que se estableció un compromiso de paz, de amistad y de respeto mutuo. También el tema de la extradición fue dejado para un tratado especial. Despradel explica que este tratado no pudo ejecutarse, pues el Congreso dominicano lo ratificó, pero no así el Congreso haitiano y atribuye tal situación, a la lucha interna que vivía Haití, con la revolución encabezada por el General Nissage Saget, contra Salnave (Despradel, Alberto, Relaciones Dominico-Haitianas, página 17, editora Manatí, 2004).
El Primer tratado entre los dos países se dio el nueve de noviembre de 1874.
Previo al tratado el Gobierno de Ignacio María González designó como Comisionado Especial ante el gobierno haitiano al señor Juan Bautista Zafra.
De su lado, el Gobierno de Nissage Saget designó como comisionado a Felix Richiez.
Luego una comisión integrada por Juan Bautista Zafra, Carlos Nouel, José Gabriel García y Emiliano Tejera, viajó a Puerto Príncipe para concertar el tratado.
Sin embargo, la comisión se encontró que el Gobierno de Saget había sido derrocado y ahora gobernaba Michel Domingue.
Unos meses más tarde, una nueva comisión dominicana, integrada por Tomás Cocco, José Caminero y Carlos Nouel, logró concluir el acuerdo frente a la comisión haitiana, integrada por Guerrier Prophéte, Jean Juslien Dasny Labonté, Valmé Lizaire y Emmanuel Amenón Gutiérrez.
En el artículo 1 los dos Estados reconocen la soberanía que tienen en ambas partes de la isla y en el artículo dos se comprometen a mantener la paz y la cooperación.
El artículo cuatro dice así:
“Las Altas partes contratantes se comprometen formalmente a establecer de la manera más conforme a la equidad y a los intereses recíprocos de los dos pueblos las líneas fronterizas que separan sus posesiones actuales. Esta necesidad será objeto de un tratado especial, y para ese efecto, ambos gobiernos nombrarán sus comisarios lo más pronto posible”.
Curiosamente, el artículo 11 establece lo pudo haber sido el primer tren insular, cuando ambos Estados se comprometieron a construir un camino de hierro que iría desde Puerto Príncipe hasta Santo Domingo. Es en este Tratado, en su artículo 25, donde los dos Estados establecen por primera vez relaciones diplomáticas, comprometiéndose a enviar agentes diplomáticos, cónsules y vicecónsules a los puertos y ciudades que sean necesarios, (Convenios Bilaterales entre la República Dominicana y Haití, Secretaría de Estado de Relaciones Exteriores, editora Amigo del Hogar, año 2000).
En este Tratado se incluyó por primera vez el convenio de extradición, consagrado en los artículos 34 y 35, estipulando los crímenes por los cuales se entregarán a la justicia del país recíproco las personas extraditables, como son los homicidios voluntarios, asesinatos, parricidios, infanticidios, etc.
En 1876 el Gobierno de Boisrond Canald había anulado el tratado de 1874, pero en 1880 encontramos que el Gobierno de Fernando Arturo de Meriño firma una convención, por intermedio de su Secretario del Interior, Ulises Ureaux, y el Secretario de Justicia Haitiano, Carlos Archin, para reestablecer las relaciones diplomáticas y los anteriores acuerdos.
El tratado que puso fin a los diferendos fronterizos y demarcó los límites territoriales fue suscrito el 21 de mayo de 1929, y luego en el año 1936 se firmó un protocolo de revisión.
El artículo cinco de la Constitución dominicana establece que los límites fronterizos están fijados por ese tratado y su protocolo de revisión.
Gobernaba a Haití el Presidente Louis Bornó, mientras que la República Dominicana era gobernada por Horacio Vásquez, cuando los plenipotenciarios de ambos países llegaron a un feliz entendimiento.
En 1936, bajo el Gobierno de Rafael Leónidas Trujillo, en República Dominicana, y Stenio Vincent, en Haití, fue cuando se logró firmar el protocolo de revisión del Tratado.
El tratado, que sólo se refiere al tema de la delimitación fronteriza, consta de 19 artículos, y es la legislación insular más importante de la historia entre los dos países, pues pone fin a un tema de grandes controversias.