El conflicto dominico-haitiano de 1963


TIERRA ALTA
POR PASTOR VASQUEZ
ceyba@hotmail.com
El jueves 26 de abril de 1963, un terrible acontecimiento sacudió el régimen del viejo François Duvalier. Un comando armado intentó secuestrar a los hijos del Presidente, Jean Claude, de 12 años, y Simone, de 14, cuando llegaban al colegio Bird, en la Rue de L´Enterrement, cerca de la Penitenciería Nacional de Puerto Príncipe.

En el acto fallido fue asesinado el sargento Paulin Montrouis, chofer de los hijos de Duvalier, el caporal Morille Mirville, el sargento Luc Azor, y un miembro del Voluntariado de la Seguridad Nacional (Tontons-Macoutes), Richemond Poteau.

Tal acción desata la más terrible cólera del dictador haitiano que ordena pasar por las armas a todos los enemigos de su régimen sospechosos de haber participado en tan tremenda aventura.
En uno de esos instantes dantescos que pasan por la mente de un dictador, Duvalier pensó que el único que podría haber tirado tan certeramente para ejecutar a los guardias de seguridad de sus hijos era el teniente Francois Benoit, quien había retornado de un curso de tiro que hizo en Panamá y había sido expulsado de las Fuerzas Armadas.

De inmediato los Tonton-Macoutes, dirigidos por Justin Bertrand, se dirigen a la casa de Benoit, ubicada en el exclusivo residencial de Bois-Verná.

Sin embargo, el teniente Benoit se había refugiado en la sede de la Embajada de la República Dominicana, ubicada en la avenida Panamericana 121, de Petion-Ville, cerca del hotel El Rancho, tres días antes del atentado contra los duvaliers. Ellos pensaron que pudo haber salido de la Embajada para cometer el hecho.

Al no encontrar a Benoit, los milicianos duvalieristas asesinaron a su padre, Joseph Benoit, un anciano juez, a su madre, a un visitante y a las tres empleadas domésticas.

Los tenebrosos personajes se llevaron al hijo de Fancois Benoit, Gerald, de 18 meses de nacido. Jamás se supo de él.

La esposa de Bonoit, Jacqueline Edeline Benoit, profesora en el colegio Galop huye y se refugia en la Embajada de Ecuador, donde dio a luz su segundo hijo.

Jean Marie-Benoit, hermano de Francois, se refugia en la Embajada de Venezuela, y su otro hermano, Claude Michel, logra llegar a la Embajada de Argentina.

En ese abril sangriento, el terror llegó hasta las oficinas de la Embajada de la República Dominicana, que en esa época no estaban ubicadas, como ahora, en la misma sede de la residencia del Embajador, en la avenida Panamericana, sino en el Distrito de Delma, a la altura de Delmas 95, y aterrorizaron a la secretaria Katia Mena. Al no encontrar allí a Benoit se dirigieron a la sede de la misión, donde había alrededor de 12 refugiados.

La valentía del Ministro Consejero, Encargado de Negocios a.i, Héctor Bobadilla Regingo, evitó lo peor, pero los Tonton-Macoutes se instalaron amenazantes en los amplios jardines y subieron a los árboles cercanos.

El 29 de abril el periódico El Caribe traía el siguiente titular de portada:

BOSC EMPLAZA RÉGIMEN DUVALIER
Gobierno Protesta violación a Embajada Dominicana
Demanda Desalojar Sede
En un plazo de 24 Horas

Por Miguel A. Hernández

El presidente Juan Bosch denunció enérgicamente anoche los ultrajes del gobierno haitiano contra el Estado dominicano, y manifestó que si los mismos no terminan en un plazo de 24 horas, le pondría punto final con los medios que se hallan a su alcance.

El jefe de Estado advirtió que la situación en la crisis entre los gobiernos de República Dominicana y Haití.

“Hemos sido insultados –dijo- sin haber provocado nosotros el insulto; se ha invadido nuestra embajada con fuerzas armadas, lo cual equivale a una invasión a nuestro país y es una ofensa imperdonable a nuestra dignidad” (El Caribe, 29 de abril de 1963, No.5452).


En su discurso a la Nación Juan Bosch denunciaba que Duvalier había orquestado un plan para matarlo usando al antiguo agente haitiano del Servicio de Inteligencia de Trujillo, Michel Brady, a quien después Duvalier nombró Encargado de Negocios en Santo Domingo y fue rechazado por el Gobierno dominicano.

Bosch, además, denunció que el Gobierno haitiano había recibido en su territorio a Luis Trujillo y José Rafael
Trujillo Lora. Dijo que todo eso estaba conectado con una campaña que en Miami realizaban esbirros trujillistas y de la antigua tiranía del venezolano Marcos Pérez Jiménez.

El día anterior el Secretario de Relaciones Exteriores de la República Dominicana, Andrés Freites, había enviado una nota de protesta a su homólogo haitiano, el Ministro René Chalmers, en el que le pedía una rectificación en un plazo de 24 horas.
El asunto fue llevado por ante el Consejo de Seguridad de la Organización de Estados Americanos, donde República Dominicana acusó a Haití de realizar “actos violentos que ponen en peligro la paz del hemisferio”. El embajador dominicano Arturo Carventi también denunció un plan de Duvalier para asesinar al Presidente Bosch

El representante haitiano ante la OEA era Joseph Baguidy, quien manifestó que el Gobierno dominicano hacía esas acusaciones para encontrar la excusa de una acción militar contra su país.

Los periódicos del 29 están llenos de notas de apoyo al Gobierno dominicano, incluyendo una de la Unión Cívica Nacional, que había perdido las elecciones de Juan Bosch en 1962. Hay también dos notas de exiliados haitianos apoyando a los dominicanos, una es del denominado Frente de Liberación, que dirigía el exiliado Fred Baptiste, a quien vamos a tratar más adelante, y la otra es del agrónomo Louis Dejoie, enemigo acérrimo de Duvalier, y líder del Partido Industrial Agrario Nacional (PAIN).

El Consejo de Seguridad condenó la actitud de Haití, con 16 votos y dos abstenciones. Una comisión llegó a Puerto Príncipe para investigar la situación, el Gobierno haitiano se comprometió a respetar las garantías diplomáticas, y la Embajada de Colombia se hizo cargo de la sede, mientras salían los 22 refugiados. Días después los refugiados, entre ellos el padre Jean Baptiste Georges, salieron al exilio.

Sin embargo, Duvalier, que había recibido en el Palacio Nacional a la comisión venida de Washington, con aire amenazante, denunció que su país era víctima del racismo, y llamó al pueblo haitiano a defenderse de los ataques venidos de Santo Domingo.

Bernard Diederich, en un libro llamado “Le Prix du Sang”, quien en esos días estuvo preso en Puerto Príncipe cuenta lo siguiente:



“Durante ese tiempo, la comisión de la OEA se encontraba en el Palacio Nacional, sentada frente a un Duvalier silencioso y enigmático, que mira a cada uno de ellos inclinando la cabeza y diciendo palabras en creole. En efecto, se supo después que él repetía como una letanía insultos tradicionales en creole contra la madre de cada uno de ellos”.



Luego se supo que el autor del intento de rapto contra los hijos de Duvalier no había sido Benoit, sino Clement Barbot, quien había caído en desgracia con Duvalier y ahora había lanzado una guerrilla urbana en contra de su antiguo jefe ¡Que barbaridad!